El número de células tumorales que a la formación posterior de un tumor es sorprendentemente pequeño
La homeostasis es una propiedad de los organismos que consiste en su capacidad de mantener una condición interna estable.
Investigadores de la Universidad de Dresde y del Centro Alemán del Cáncer estudian lo que han denominado “rango de competencia homeostática” definido como el número necesario de células alteradas para inducir la formación de tumores a escala de tejido.
Para ello desarrollaron un modelo estadístico basado en la estocástica, que vinculaba las alteraciones epigenéticas y genéticas calibradas con datos clínicos oncológicos.
La sorpresa fue que el número de células tumorales que inevitablemente conduce a la formación posterior del tumor es sorprendentemente pequeño en comparación con lo que será más tarde ese tumor y, sobre todo, que ese número inicial depende, en gran medida, del tipo de tejido humano donde se desarrolla.
Se puede hablar de un “nicho” de origen tumoral en el que el destino de ese tumor, es decir, su posible posterior desarrollo se decide tempranamente, mucho antes de que sea detectable.
La aparición de células modificadas en el “nicho”, desencadenará nuevos procesos que acelerarán su crecimiento después de anular la homeostasis del tejido normal. Por ejemplo, para el glioblastoma, sugiere que el tumor se origina a partir de un tipo de células que compite en un rango de 300 a 1900 células.
Estos estudios tienen como fin ayudar a identificar el tipo de células que originaría el tumor.